miércoles, 19 de diciembre de 2012

Vestimenta Romana.



En Roma la vestimenta distinguía y diferenciaba a las clases sociales. Por ejemplo, sólo los senadores romanos usaban el calceus, zapato propio de esta casta. A pesar de las similitudes entre griegos y romanos estos últimos tenían una gran característica: la ropa tenía un profundo significado político. Los jóvenes al cumplir 21 años usaban sobre la túnica, la toga, amplio manto de lana o hilo, símbolo del hombre libre. En la toga se colgaban los distintivos del grado político que el ciudadano adquiría a lo largo de su trayectoria. Las mujeres romanas, como las griegas del periodo clásico, usaban una túnica y un amplio manto rectangular conocido como palla. La túnica o stola fue el reflejo de las influencias etruscas (sencillez en las líneas y en los colores). Más tarde el contacto de esta civilización con culturas orientales y el crecimiento del concepto de la elegancia fueron modificando el atuendo. Las túnicas se confeccionaron con telas más suaves y ligeras, de colores más variados e intensos. Este hito sucedió también con la ropa masculina después de la caída del Imperio Romano de Occidente, donde las influencias bizantinas entraron marcando la elegancia en las togas y túnicas. Bordados de oro y piedras preciosas adornaron las elegantes y refinadas telas que caían en profundos pliegues. Sin embargo, el vestuario romano popular casi no varió. Ellos siguieron vistiendo la túnica tosca y la capa con gorro de lana, en invierno y de algodón, en verano.


martes, 4 de diciembre de 2012

Poesía Romana.


La poesía romana comenzó a brillar con luz propia alrededor del 60 a.C., con Lucrecio y Catulo.

Aunque cada uno dentro de su marcado estilo, ambos innovaron y consiguieron, de forma brillante, unir la realidad con los sentimientos de la gente. Dieron inicio a una corriente que se mantuvo intacta durante más de setenta y cinco años, y en las que les sucedieron poetas de tan alto renombre como Virgilio, Horacio y Ovidio.

Con semejantes autores, fue éste sin duda el período más fructífero y brillante de la poesía romana, y también uno de los más brillantes de toda la historia de la literatura universal.