La poesía romana comenzó a brillar con luz propia alrededor
del 60 a.C., con Lucrecio y Catulo.
Aunque cada uno dentro de su marcado estilo, ambos innovaron y consiguieron, de forma brillante, unir la realidad con los sentimientos de la gente. Dieron inicio a una corriente que se mantuvo intacta durante más de setenta y cinco años, y en las que les sucedieron poetas de tan alto renombre como Virgilio, Horacio y Ovidio.
Con semejantes autores, fue éste sin duda el período más fructífero y brillante de la poesía romana, y también uno de los más brillantes de toda la historia de la literatura universal.
Aunque cada uno dentro de su marcado estilo, ambos innovaron y consiguieron, de forma brillante, unir la realidad con los sentimientos de la gente. Dieron inicio a una corriente que se mantuvo intacta durante más de setenta y cinco años, y en las que les sucedieron poetas de tan alto renombre como Virgilio, Horacio y Ovidio.
Con semejantes autores, fue éste sin duda el período más fructífero y brillante de la poesía romana, y también uno de los más brillantes de toda la historia de la literatura universal.
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